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Eduardo Blanco, presidente de Agaxede y doctor en Derecho Deportivo
02/01/2024 Tengo un sueño
Durante la pandemia de la Covid-19, que sorprendió en el año 2020 a los poderes públicos con el paso cambiado, la comunidad científica ya señaló que la actividad física resultaba esencial durante el confinamiento. Así lo defendió el doctor Wang Zhou, jefe médico del centro para el control y prevención de enfermedades de Wuhan, origen de la infección.
Zhou aconsejó “seguir un programa de ejercicio integral, aumentar la intensidad progresivamente y hacer ejercicio de manera constante hasta que se convierta en un hábito. Aumentará su inmunidad”. Superada la pandemia de la Covid-19 ni los responsables políticos del deporte ni la ciudadanía hemos aprendido lo que expertos y científicos manifestaron acerca de la actividad motriz y el ejercicio físico que, además de poder reforzar el sistema inmunitario, suponía un antídoto eficiente frente a enfermedades derivadas del sobrepeso y obesidad, como son algún tipo de diabetes y cánceres, y de enfermedades coronarias. La nueva normalidad postcovid-19 sigue siendo más de lo mismo, que el IVA aplicado al ejercicio físico sea del 21%, que los clubes y asociaciones deportivas reciban las migajas de siempre, que las instalaciones deportivas carezcan del mantenimiento adecuado y que las pocas que se construyen se hacen sin plan director, que las personas con responsabilidades políticas o técnicas no estén cualificadas, que no exista un plan de formación y actualización permanente y que las personas con movilidad reducida se topen con barreras arquitectónicas. No se puede hablar y luchar únicamente por la protección del “medio ambiente” externo, olvidando el “medio ambiente” interno que es nuestro cuerpo. El deporte saludable en su concepción más amplia de actividad física y deportiva se ha convertido en una necesidad inaplazable para el futuro de la especie humana. Por eso les digo que pese a todas las dificultades y frustraciones del momento, yo todavía tengo un sueño. Tengo el sueño de que las madres y padres de este país, conscientes de que la actividad física y deportiva saludable contribuye a una mejor calidad de vida, salgan a la calle a exigir un mejor tratamiento de la Educación Física y el deporte escolar en los centros educativos para desarrollar desde las edades más tempranas una pedagogía de cultura del cuerpo, que no culturismo, y del deporte saludable. Tengo el sueño de que el Gobierno de España, en coordinación con las Comunidades Autónomas y Entidades locales, aprueben un plan especial de educación física permanente para todas las personas y que se extienda hasta la vejez en los centros deportivos públicos y privados, en las instalaciones deportivas de empresas, en las instalaciones deportivas escolares y universitarias, en los centros sociales, en los centros de mayores y en cualquier espacio urbano o natural. Tengo el sueño de que no se gaste el dinero público en campañas publicitarias millonarias ni se compita entre las diferentes Administraciones competentes en materia deportiva, a ver quién hace más y lo hace mejor. Sino que se haya establecido el diálogo y se acuerden planes conjuntos, yendo las distintas inversiones y recursos económicos en la misma dirección bajo los principios de coordinación, cooperación y colaboración entre Administraciones deportivas. Tengo el sueño de que los poderes públicos asuman el compromiso con el nuevo derecho natural a movernos que nos asiste a todas las personas, concibiendo que la actividad física y el deporte supone el mejor freno al sobrepeso y la obesidad, una pandemia así calificada por la Organización Mundial de la Salud que sigue creciendo y que mata pero más lentamente. Tengo el sueño de que el espectáculo deportivo que ocupa buena parte del ocio, especialmente los “deportes de masas” como el fútbol, no contribuya al fomento de la violencia o se convierta en un factor de alienación de la juventud, existiendo una cultura deportiva ciudadana que contribuya a un mejor entendimiento del espectáculo. Tengo el sueño de que el Real Club Deportivo de La Coruña vuelva a estar en primera división de la Liga de Fútbol profesional más pronto que tarde, porque el DEPOR es más que un club pese a quién le pese. Tengo un sueño de que la actividad física y deportiva se convierta en un hábito higiénico de toda la población española, no existiendo barreras o discriminaciones que impidan el derecho a moverse mediante un ejercicio de calidad, saludable, seguro e igualitario. Y ese día llegará si hay voluntad política y conciencia ciudadana, porque como afirma el viejo aforismo “La Educación es más que Educación Física, pero es muy poco sin ella”. Eduardo Blanco, presidente de Agaxede y doctor en Derecho Deportivo
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