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28/02/2023

La dualidad Madrid - Barcelona

La dualidad Madrid - Barcelona Durante la primera década del siglo XX, el deporte también prendía en las clases medias y populares, era el nuevo fenómeno social que se abría paso entre la afición a la tauromaquia y otras costumbres tradicionales (juegos de cartas, tertulias de café, teatro, zarzuela, etc.,) de las ciudades españolas. Madrid y Barcelona fueron la génesis del deporte español.

El avance deportivo fue paralelo al proceso modernizador que se produjo entre 1910 y 1936. Lo confirma la misma cronología de la fundación de clubes deportivos y federaciones de ámbito regional y nacional. Aunque muchas de las primeras iniciativas partieran de Madrid, a partir de los años veinte Barcelona tomo una gran conciencia deportiva. Madrid, Cataluña y el País Vasco, formaron el gran triángulo deportivo de la península, que se correspondía a la misma situación que operó como motor de la vida productiva, económica y cultural española hasta la guerra civil.

A veces, la organización deportiva nacional se polarizó entre Madrid y Barcelona. A pesar de ello, siempre se encontraron vías para el entendimiento, y desde luego no existió ni centralismo madrileño, ni un radicalismo catalanista que no fuera superado por la voluntad de cooperación que inspiró a los dirigentes deportivos de Madrid y de Barcelona en el proyecto de construir una organización de ámbito estatal. Así  irán surgiendo situaciones que ejemplifican esta relación de rivalidad y colaboración compartida.

Por otro lado, hay que decir que deportivamente Madrid y el País Vasco mantuvieron una relación estrecha y nunca existió la polaridad que en algunos momentos hubo entre Madrid y Barcelona. Basta repasar a la prensa especializada, donde a las noticias deportivas de Madrid, Bilbao o San Sebastián, se les daba un mismo tratamiento informativo, en el que se entreveía gran homogeneidad de criterios deportivos, sin duda propiciada por las vinculaciones y cercanía existentes: veraneos de las clases altas  de la sociedad madrileña en San Sebastián e importante presencia de la colonia vasca en Madrid (banqueros, empresarios, industriales y estudiantes universitarios).

La relación entre Madrid y Barcelona era distinta, al ser dos grandes ciudades con sus propias realidades sociales, económicas y políticas. Barcelona ya tenía  una  particular forma de  realizarse creando un clima social y cultural propio y diferente al de la capital.

La primera muestra de colaboración  institucional entre Madrid y Barcelona como centros impulsores de la creación de una estructura deportiva conjunta la tenemos en junio de 1898, cuando por iniciativa de Narciso Masferrer, se fundó la Confederación Gimnástica  Española. El domicilio social se fijaría en la sede de la madrileña Sociedad Gimnástica Española y la revista barcelonesa Los Deportes sería su órgano de difusión oficial. José Canalejas fue nombrado presidente. El 26 de septiembre se publicó la memoria de primera asamblea general, ya con la denominación de Federación.

Si desde finales del siglo XIX se fueron creando las primeras federaciones o confederaciones deportivas españolas fue a partir de la segunda y hasta los años treinta del siglo XX cuando se conformó definitivamente el sistema asociativo y federativo español, tanto regional como nacional. En estas dos décadas se fundaron las siguientes federaciones e instituciones deportivas nacionales, siendo el protagonismo para Madrid y Barcelona: Fútbol, 1909 (con fecha de inscripción en el Registro de Gobierno Civil de Madrid de 1910); Comité Olímpico Español, 1912;  Atletismo, Remo, 1918; Natación, 1920; Montañismo, 1922; Baloncesto*, Boxeo*, Hockey*, Rugby*, Motociclismo, 1923; Refundación del Comité Olímpico Español* como institución legalmente constituida, registrada y permanente, 1924; Esgrima, 1926; Ajedrez, 1927; Billar, 1928; Lucha, 1932; Golf, 1934 (con asterisco las federaciones con sede en Barcelona).  

Como vemos, el periodo que se conoció como “edad de plata” de la cultura española, lo fue también para el deporte que se convirtió, poco a poco, durante aquellos años, en un elemento nuevo de la cultura urbana. Aunque en sus principios Madrid acaparó protagonismo, Barcelona fue durante los años veinte el centro impulsor de numerosos deportes; como quedó patente con la fundación de nuevas federaciones nacionales con sede en la ciudad condal, además de un desarrollo de su vocación olímpica.  Esta relación de rivalidad y colaboración fue muy beneficiosa para la promoción e implantación del deporte en España.  En el próximo capítulo veremos más puntos de rivalidad y convergencia deportiva entre las dos ciudades.

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Deportistas Nº 101

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