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Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico

06/07/2021

Derechos del menor en el deporte

Derechos del menor en el deporte En nuestra sociedad, el Deporte se constituye como un elemento fundamental y eje que vertebra y equilibra el ocio, el tiempo libre y la recreación de las personas. Su práctica genera valores, siempre y cuando su promoción y desarrollo se realice de una manera adecuada y la adquisición de estos valores se consiga desde edades muy tempranas.

Con un trabajo riguroso y sistemático que, desgraciadamente en muchas ocasiones, se ve dificultado por trabas e inconvenientes y, en consecuencia, no se alcanzan los objetivos deseados.

La Ley de Protección Integral a la infancia y a la adolescencia frente a la violencia, aprobada recientemente en el Congreso de los Diputados, muy de actualidad en estos momentos, me permite hacer una reflexión sobre los derechos del menor en el Deporte y abordar desde este prisma la problemática de este colectivo y de todos aquellos aspectos que inciden en él y que generan no pocos quebraderos de cabeza a todo el sector del Deporte. Aspectos tales como la falta de seguridad, temas relacionados con la solidaridad, educacionales, familiares…, etc.

La ley y su directiva protege la lucha contra la violencia  en el niño y en el adolescente, cuestión aparte y en paralelo, hay otra serie de derechos que preventivamente deberemos preservar en la actividad física y deportiva del menor si queremos que el Deporte sea esa fuente de valores que teóricamente enunciamos y lo hacemos con frecuencia, pero que en la práctica está salpicada de malos hábitos y contradicciones que deberemos atajar si queremos que el Deporte en estas edades se realice en un entorno sin presiones, ni explotaciones y en un escenario integrador e inclusivo.

Sin desdeñar la tecnificación, ni el medio y alto rendimiento, del que hablaré más adelante, el deporte participativo ocupa un espacio amplio y está impregnado de una filosofía que se identifica con el ocio, la recreación, la salud y donde el resultado no es lo prioritario, quedando en un segundo lugar, siendo lo prioritario que su práctica favorezca y mejore el desarrollo físico y emocional del menor.

En línea con lo expuesto adquiere una especial significación que las organizaciones deportivas, clubes, las propias administraciones públicas y, en especial, la administración local garanticen ofertas deportivas a estas edades y atendiendo a particularidades y características que no condicionen el acceso a estas ofertas a personas con diversidad funcional o cualquier otro rasgo que lo supedite.

Será, por tanto, conveniente definir el entorno de niños y jóvenes que participan en actividades deportivas, para muchos de ellos sus objetivos así como los de sus padres o tutores son recreativos y sociales, para otros su participación se encuadra en programas de desarrollo deportivo, donde la competición es un medio de cubrir esta etapa y donde el rendimiento deportivo se entremezcla a con fines de ocio activo y sociales.

Para otros muchos, los menos, el  Deporte es un fin en sí mismo y puede convertirse en una actividad remunerada y/o compensada. Me estoy refiriendo a los deportistas de alto rendimiento y específicamente los que lo son en edades tempranas y es con ellos con los que se tiene que tener  una especial atención y dedicación.

En este escenario es donde tenemos que erradicar todos aquellos actos  o hechos que perjudiquen o hagan daño a estos deportistas, bien por violencia en sus distintas formas, mental, física, abuso, maltrato… O por su propia seguridad en todos los ámbitos donde se desarrolla el Deporte, instalaciones deportivas, centros escolares u otros.

Habrá que proporcionar a estos deportistas entornos seguros, sin presiones, ni explotaciones, protegiendo estos derechos y conciliando rendimiento deportivo con otros fines, educativos, familiares y sociales. Solo así conseguiremos el desarrollo integral y la protección necesaria del menor contra toda forma  de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, explotación, en  dirección de las líneas que fija la Convención de Derechos del Niño de Naciones Unidas e intentando facilitar la prevención de todos los factores de riesgo, ya enumerados, que intervienen en la participación de los jóvenes en el Deporte.

Antonio Montalvo de Lamo, experto en deporte municipal y paralímpico

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