Enfermeras en salud mental bajarían 26% la ansiedad en niños y jóvenes

Este trabajo también indica que los cambios en el estado de ánimo, problemas de atención y rendimiento académico, pueden ser indicadores de que una persona menor de edad podría tener dificultades que requieren atención y apoyo.

La enfermera especialista en salud mental desempeña un rol esencial en la protección del bienestar emocional de menores y adolescentes, ya que “ayuda a minimizar esta nueva pandemia existente entre los jóvenes como son los trastornos ansioso-depresivos”, explica Maica Ruiz, vocal de Salud Mental del Colegio de Enfermería de Granada e integrante del Gabinete Técnico del Consejo Andaluz de Enfermería. Su función abarca desde la promoción de la salud mental y la detección temprana hasta la identificación y el abordaje de problemas potenciales. Asimismo, lleva a cabo evaluaciones psicopatológicas, proporciona apoyo familiar y asesoramiento, y contribuye a la creación de entornos escolares y deportivos saludables.

En este sentido, puede ayudar a identificar posibles señales de alerta que indican que el o la menor está sufriendo algún problema, como cambios en el estado de ánimo (irritabilidad y tristeza), falta de atención y menor rendimiento académico, así como problemas físicos sin causa aparente, como dolores de estómago, de cabeza o presión en el pecho que alteran los hábitos de sueño. Igualmente, “hay que prestar atención a otras manifestaciones, como la dificultad para relacionarse con personas cercanas o mostrar comportamientos apegados o retraídos”, advierte la especialista.

La actividad física desempeña un papel importante en la prevención al proporcionar un enfoque positivo y constructivo para canalizar el estrés, la ansiedad y otras emociones difíciles. “Y es que el ejercicio regular está asociado con mejoras en la función cognitiva, incluida la memoria, la atención y el rendimiento escolar”, asegura Ruiz. Además, puede ayudar a los niños y niñas a desarrollar habilidades de afrontamiento saludables y fortalecer su resiliencia emocional, contribuyendo a una mayor autoestima y confianza durante la infancia y adolescencia.

La incorporación de enfermeras especialistas en salud mental en ámbitos escolares y deportivos, entornos en los que el estrés y la ansiedad por la presión de la competición suelen ser recurrentes, facilitaría la detección temprana de trastornos mentales en los y las menores, crucial para mejorar los resultados a largo plazo.

La colaboración de los padres, madres, entrenadores y entrenadoras es fundamental, por lo que desde la Copa COVAP y el Consejo Andaluz de Colegios de Enfermería se facilitan estos consejos:

- Buscar ayuda profesional si se detectan síntomas que indiquen un problema de salud mental.

- La familia debe brindar un ambiente de apoyo y comprensión a su hijo o hija, lo que implica escuchar sus preocupaciones, validar sus sentimientos y fomentar una comunicación abierta.

- Se recomienda conocer estrategias de afrontamiento efectivas, como técnicas de relajación, habilidades de resolución de problemas y estrategias para manejar el estrés.

- Llevar un estilo de vida saludable: alimentación equilibrada, ejercicio regular y sueño adecuado.

- Cuidar el propio bienestar emocional, dedicarse tiempo, descansar para poder ser el soporte de los hijos e hijas y no culpabilizarse de la situación porque puede ocurrir por casuísticas complejas.

Para acceder al estudio (en inglés), pinche aquí.