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Estudio de la Academia de Finlandia
16/03/2023 El alto consumo de azúcar puede generar problemas metabólicos![]() Los azúcares libres son aquellos que se añaden intencionadamente a los alimentos durante su elaboración (azúcares añadidos) y también el azúcar natural de ciertos alimentos como la miel, los siropes o el zumo de fruta, entre otros. En cantidades elevadas, estos azúcares alteran la microbiota, que es el conjunto de microorganismos que viven de forma simbiótica en nuestro cuerpo y que tienen un papel clave en el proceso de extracción de nutrientes y energía de los alimentos, así como en el metabolismo. Según el estudio de la Academia de Finlandia, la función de la microbiota está relacionada con la digestión y la defensa frente a otros microorganismos patógenos, pero también tiene efectos metabólicos y participa en la producción de sustancias esenciales para nuestro organismo, como vitaminas del complejo B y K, ácidos grasos de cadena corta y neurotransmisores. Además, tiene función detoxificadora, es decir, elimina sustancias que el organismo ha ido acumulando y no necesita. Su cuidado durante la infancia es fundamental, ya que, a partir de la adolescencia sus características cuantitativas y cualitativas serán las mismas a las que tenga en la edad adulta. Las dietas con altos niveles de grasas saturadas, azúcares añadidos y un bajo consumo de frutas, verduras y fibra son perjudiciales para la microbiota, ya que afectan directamente a la composición y funcionalidad de la microbiota intestinal y, como consecuencia, pueden provocar diferentes enfermedades. Por ello, y de acuerdo con el último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), reducir este tipo de azúcares por debajo del 5% de la ingesta calórica tendría beneficios para la salud. Respecto a los niños, la ingesta máxima recomendada de azúcar libre varía según la edad y el sexo, siendo cero gramos la recomendación en menores de dos años. A partir de esa edad no debe superar el 5% de la ingesta calórica diaria que, hasta los tres años, equivale a unos 15 gramos de azúcar al día (alrededor de tres cucharaditas). En cambio, para los niños de cuatro a seos años el consumo no debe superar los 18 gramos de azúcar libre al día, mientras que, para edades comprendidas entre los siete y diez años, máximo unos 21 gramos”. La relación entre la microbiota y el azúcar fue el tema central de la 10ª Copa COVAP en la sede de Utrera. La jornada estuvo marcada por la presencia de cerca de 400 niños y niñas de 10 y 11 años, donde también aprendieron que el ejercicio aumenta el tránsito intestinal y reduce el tiempo de contacto con determinados patógenos, por lo que la práctica deportiva tiene efectos protectores contra algunas afecciones, como la obesidad. Desde el Hospital Universitaria Reina Sofía, colaborador de la Copa Covap, señalan que “el ejercicio en edades tempranas puede influir en la composición de la microbiota intestinal y mantener una proporción adecuada de la misma a largo plazo, además de favorecer el desarrollo óptimo de la función cerebral”. Para acceder al estudio (en inglés), pinche aquí. Munideporte.com
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