Herramientas de inclusión del sector deportivo con los colectivos LGTBI+

Todo ser humano tiene el derecho fundamental de acceder a la educación física, la actividad física y el deporte sin discriminación alguna, incluida la basada en el sexo o la orientación sexual, tal y como indica la Unesco. Esto quiere decir que todas las personas involucradas en el sector tienen también una responsabilidad para eliminar cualquier tipo de barrera hacia la práctica físico-deportiva de los colectivos LGTBI+.

Actualmente, siguen sucediéndose experiencias deportivas en un marco de discriminación hacia lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y otras personas cuyas orientaciones sexuales o identidades de género no se corresponden con la normatividad heterosexual y cisgénero. Una de las consecuencias de esto es el abandono y la falta de motivación hacia la práctica físico-deportiva. 

Además, el deporte-espectáculo, como referente social, no ha conseguido todavía desprenderse de la lacra de la LGTBIfobia, a pesar de que la discriminación por orientación sexual está tipificada como infracción en la Ley 19/2007, de 11 de julio, contra la violencia, el racismo, la xenofobia y la intolerancia en el deporte. El Anteproyecto de Ley del Deporte avanza en este sentido, reconociendo también la discriminación y la violencia por razón de identidad o expresión de género.

Por ello, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y el Consejo General de la Educación Física y Deportiva (Consejo COLEF) han publicado una serie de tips para entidades deportivas, profesionales, técnicos y docentes de Educación Física, con el objetivo de hacer un deporte más inclusivo para los colectivos LGTBI+. También esta acción pone en valor “lo que dice la ciencia para tomar conciencia”, especialmente sobre educación física escolar y sobre el desafío de la inclusión de las personas transgénero en el deporte institucionalizado de competición.

En esta edición del Orgullo, cuyo lema es “2020, Mujeres LTB: Sororidad y Feminismo”, se debe hacer hincapié en que el deporte no tiene género. Es el momento de dejar atrás los estereotipos y roles de género asociados a la práctica físico-deportiva, porque sigue existiendo una brecha importante que también afecta a las mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales.