Los factores nutricionales mejoran la inmunidad frente al Covid-19

El trabajo ha sido realizado por los investigadores Sebastià Galmés, Francisca Serra y Andreu Palou. Señalan que es indispensable que nuestro cuerpo tenga unos niveles óptimos de las vitaminas D, A, C, Folato, B6, B12, así como los minerales zinc, hierro, cobre y selenio para que el coronavirus afecte en la menor medida posible, sobre todo en aquellas poblaciones genéticamente predispuestas a mostrar un menor estado de micronutrientes.

La pandemia actual causada por el SARS-CoV-2 está alcanzando límites inesperados en todo el mundo. En los primeros seis meses posteriores a la detección de las primeras erupciones en China (en diciembre de 2019), se han registrado oficialmente diez millones de infecciones, seguramente más si se pudieran contar los diagnósticos reales, con alrededor del 5% de los casos mortales, y las cifras continúan creciendo.

Como todavía no hay disponible ningún tratamiento o vacuna específica contra la enfermedad, se ha convertido en urgente conocer otras medidas para prevenir o mejorar la enfermedad. Los científicos aseguran que los factores nutricionales y de estilo de vida deben considerarse aliados para mejorar el sistema inmunológico.

Teniendo en cuenta que nuestro organismo está en constante lucha contra las infecciones a través del sistema inmunológico, su mantenimiento en un nivel óptimo de funcionalidad ha de ser, en las circunstancias actuales, el principal objetivo. Es en este punto donde toman relevancia los factores nutricionales o nutrigenéticos.

El estado nutricional óptimo de algunos micronutrientes específicos esenciales, incluidas las vitaminas y los minerales, destaca sobre el resto de los nutrientes (sin restarles importancia), debido a sus potenciales efectos beneficiosos contrastados para la salud.

Los países con los peores perfiles de ingesta de estos micronutrientes corresponden a aquellos a los que más ha afectado la pandemia de Covid-19. Los resultados de este informe de la Universidad de Baleares muestran que el consumo de vitaminas D, C, B12 y hierro reducen la incidencia o mortalidad por esta enfermedad. 

Para acceder al estudio (en inglés), pinche aquí.