El estudio ANIBES analiza la ingesta de hierro en la población española

El hierro es un mineral requerido en muchos procesos metabólicos del cuerpo humano, ya que participa en la producción de hemoglobina, componente principal de los glóbulos rojos. Contribuye, además, a la formación de las proteínas musculares y a la metabolización de ciertas enzimas del cuerpo. Su consumo reduce los riesgos de padecer fatiga y debilidad, fortalece el sistema inmunológico, mejora las vías respiratorias y reduce el riesgo de contraer enfermedades infecciosas.

La deficiencia de este nutriente es el trastorno nutricional más común y extendido en el mundo. Además de afectar a gran cantidad de niños y mujeres en países no industrializados, es la única deficiencia que también es significativamente prevalente en casi todos los países industrializados. No existen cifras globales, pero se pueden estimar mediante la prevalencia de anemia como indicador indirecto. La mayoría de niños en edad preescolar y de mujeres embarazadas de países no industrializados, presentan carencia de hierro. Y entre el 30-40% de individuos de estos mismos grupos sufren anemia en países industrializados. 

La dieta debe proporcionar cantidades considerables de hierro para reponer el que es eliminado del organismo y el derivado de las necesidades de crecimiento. Para Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de la Nutrición (FEN), director del Grupo de Investigación en Nutrición y Ciencias de la Alimentación (CEUNUT) y catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, "son muchos los factores de alimentación que pueden dificultar o promover la absorción de este mineral, pero el más importante es la necesidad sistémica de este mineral: En un estado de insuficiencia en hierro se absorbe más, y se absorbe menos cuando los depósitos están repletos. Ante circunstancias en las que el requerimiento de hierro se ve afectado notablemente, la influencia de los factores dietéticos en la absorción de hierro puede llegar a ser limitante. Existen tres factores alimentarios asociados con el nivel de hierro: la cantidad, su calidad y la composición de la dieta".

El propósito de este estudio pionero ha sido evaluar las ingestas dietéticas de hierro de la población española según la edad y el género y analizar la contribución de diferentes grupos y subgrupos de alimentos y bebidas como fuente alimentaria de este nutriente. Se trata del primer estudio español representativo en tener en cuenta a las personas que han reportado tanto datos plausibles como no plausibles en la valoración de la ingesta dietética de hierro.

La media de los niveles de ingesta observada fue menor para las mujeres (9,8 mg/día) que para los hombres (11,3 mg/día), en el total de la población estudiada. Las fuentes alimentarias que aportaron una mayor proporción de hierro fueron los cereales y derivados. En relación a la edad, las mayores ingestas se observaron en los adolescentes (11,4 mg/día) y los niños (11,0 mg/día), respecto a las de los adultos y los mayores, que fueron de 10,4 mg/día y 10,2 mg/día en cada caso.

Los grupos con una media de contribución más alta a la ingesta dietética de hierro son, en primer lugar, tanto en hombres como mujeres, el de cereales y derivados (27,4% en hombres y 26,7% en mujeres), seguido del grupo carnes y derivados (22,7% y 19,8%, respectivamente). En ambos casos, la ingesta fue significativamente superior en la población masculina. En tercer lugar, el grupo verduras y hortalizas reportó el 10,3% y 12,4% de ingesta de hierro en hombres y mujeres respectivamente, siendo significativamente superior en mujeres. En conjunto, los tres grupos de alimentos anteriores suponen el 60% o más de la ingesta de hierro en la población del estudio científico ANIBES.

El trabajo observó también que la zona centro del norte de España y la zona noreste presentaban ingestas diarias de hierro superiores, mientras que la zona centro de la Península, las Islas Canarias y la zona sur tenían los consumos más bajos. Disponer de información detallada sobre las fuentes alimentarias de hierro es esencial para un mejor conocimiento de las fortalezas y debilidades de la calidad de la dieta española y para identificar grupos vulnerables de población.

Para optimizar los niveles de este nutriente, es conveniente fomentar una alimentación variada con atención a las fuentes de hierro hemo, y hacer más hincapié en los factores que influyen en la mejora o inhibición del hierro no hemo mediante recomendaciones adecuadas de hábitos de alimentación.

Para acceder al estudio, pinche aquí.